16. 🦇 real life
CHAPTER SIXTEEN:
7PM
Hoy se acaba el año, y no se siente como tal. No creo que tenga que resetear toda mi vida como mucha gente te dice que debes hacer. No quiero hacerlo, estoy bien. Por primera vez en bastante tiempo siento que todo está equilibrado en mi vida.
Ya tenía un nuevo agente, que resultó ser Boston, después de darme cuenta de que él siempre había estado allí, omnipresente de la mejor manera posible. La película terminó siendo un éxito, que aunque todos me dijeron que iba a serlo, no fui capaz de creérmelo hasta que la gente me lo confirmó.
Y luego estaba Max. El puto Max Verstappen, que estaba a tres horas de aparecer por la puerta de mi loft de dos pisos en Nueva York, una hora antes que el resto de personas. Además de él vendrían como sesenta o setenta personas más, la mayoría porque Boston me recomendó que sería correcto invitarlas, porque les debía favores.
Sebastian Stan era una de ellas. Me aterraba un poco que él estuviera por ahí a la vez que Max. No tenía ni idea la impresión que se había llevado de mí de aquel día, y tampoco sabía si Max había visto las fotos. Lo más probable es que no, me lo hubiera mencionado, al menos disimuladamente. Solo rezaba porque ellos no mantuvieran una conversación.
Había decorado yo todo el apartamento por mí misma; había globos negros, grises y dorados, serpentinas, un cartel que ponía "Feliz Año Nuevo", cañones de confetti y muchas cosas más. El catering iba a llegar dentro de dos horas y la barra estaba llena, solo faltaban los baristas que llegarían media hora antes del evento. Estaba orgullosa de como lo había organizado yo prácticamente todo.
El tiempo pasa volando cuando estás yendo de un lado a otro. Había encontrado unos pantalones con lentejuelas plateadas del Año Nuevo pasado y un top y una americana negros de una alfombra roja de 2019 para mi outfit y estaba batallándome conmigo misma para entender como ponerme los pantalones para no pincharme con los brillos cuando sonó el timbre de abajo.
Miré la hora. Las ocho en punto, justo la hora que le había dicho a Max que viniera. Vi por la cámara, era él. Llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, y parecía recién afeitado. Lo confirmé cuando abrí la puerta. Me puse nerviosa pensando que tendría que recibirle con los pantalones desabrochados, que no creo que le molestase, pero justo antes de que timbrase el botón encajó en su sitio.
ᅳ¡Hola! ᅳle saludé, con una sonrisa. Fui a sus brazos al momento, abrazándolo tal vez un poquito más de lo normal.
Él me lo correspondió, rodeándome la cintura con los brazos y noté como apoyaba la barbilla en mi coronilla. Me devolvió el saludo con un pequeño susurro y luego me separé del abrazo, aunque mantuve mis manos en sus antebrazos, igual que él las suyas en mi cintura.
ᅳ¿Llego pronto? ᅳcomentó, mirando a su alrededor.
ᅳNo. Llegas justo a tiempo ᅳCambio de tema, separándome de él y guiándolo hasta la barraᅳ. ¿Quieres una copa? Tengo literalmente de todo.
ᅳTomaré agua. Quiero recordar esta noche.
Me giré, buscando un vaso y la jarra de agua, y escondí la sonrisa boba que se me había formado. Abrí una lata de Coca Cola para mí, si él quería recordarla sería por algo, así que ahora yo también quería.
Le acerqué el vaso y me apoyé en mi encimera, en frente de él. Max seguía mirando a su alrededor, con la mirada algo perdida.
ᅳ¿Lo has decorado todo tú?
ᅳTampoco tenía nada mejor que hacer ᅳasentí.
ᅳEstá increíble.
Pasan unos segundos en silencio. Él bebe, yo lo miro beber, yo bebo, él probablemente me mira beber también. Cuando dejo la lata sobre la mesa, hacemos contacto visual, hasta que él vuelve a hablar.
ᅳ¿Puedo decirlo?
ᅳSí.
ᅳTe he echado de menos.
ᅳYo a ti también ᅳdigo al momento, formando una pequeña sonrisita.
ᅳPero... ᅳempezó. ¿Pero? ¿Cómo que pero? No quiero ningún pero, no hay ningún pero posibleᅳ, pero vi las fotos con Sebastian, no quiero inmiscuirme.
ᅳAh, no. No, no es lo que p...
ᅳ¡Hemos llegado! ᅳOh, no. Se escuchan tres voces diferentes en la puerta y entonces Pedro y Florence aparecen delante de ellos.
ᅳ¿Cómo habéis entrado? ᅳdije, frunciendo el ceño.
ᅳDejaste la puerta abierta, corazón ᅳmencionó Florenceᅳ. Debías estar distraída.
Le echó una mirada a Max, disimulando muy mal que estaba juzgando todo su ser y toda su alma. Pedro le hizo un movimiento con la cabeza como saludo, al que él respondió igual.
ᅳ¿Hola? ᅳhabló una tercera personaᅳ. Bueno, la puerta está abierta, así que entramos.
ᅳ¡Ya estamos aquí! ᅳPaul, Phoebe y Andrew hicieron acto de presencia.
ᅳPensé que seríamos los primeros ᅳmencionó Andrew.
ᅳY yo, ¿la fiesta no empezaba a las ocho? ᅳcomentó Phoebe, mirando su reloj, que marcaban las siete y media pasadas.
Bajé la mirada, intentando borrar el sonrojo de mi cara y luego volví a mirar a Max, que tenía una sonrisilla pícara. En ese momento solo quería que la tierra me tragara y me soltara lejos de aquí. Me terminé la Coca Cola para intentar disimular el calor de las mejillas y evitar que Max me viera la cara de gilipollas que tenía.
ᅳ¿Queréis una copa y así nos sentamos? ᅳles dije, yendo a cerrar la puerta. Sabía que todos se morían de ganas de mantener por fin cualquier tipo de conversación con Max.
ᅳMe parece bien ᅳdijo Flo, y el resto concordó con ella.
ᅳPerfecto, iros al salón y ya os traigo a cada uno lo de siempre ᅳasentí, echándolos de la cocina lo más disimuladamente posible.
ᅳTe ayudo ᅳdijo Max rápidamente. Pude ver como Florence y Phoebe se miraba de reojo entre ellas, con unas medias sonrisitas. Me mordí el labio y fui detrás de la barra, con Max siguiéndome.
Preparamos las bebidas entre los dos, sabiendo que el resto estarían escuchando e incluso viendo todo lo que hacemos. Aproveché eso.
ᅳ¿Estás nervioso? ᅳlo tenté un poco, con una sonrisilla. Él me miró con el mismo tipo de sonrisaᅳ. No lo estés. Es buena gente, al menos espero que lo sea ᅳFui aumentando mi tono de vozᅳ. Espero que sea buenos amigos y no me dejen en ridículo. Porque es lo que hacen los buenos amigos.
Se rió. Lo vi sonreír. Me contagió la risa. A veces me pregunto como alguien tiene una sonrisa tan bonita.
ᅳEstá bien ᅳasintió, mirándome.
ᅳ¿Te sientes preparado para enfretarte a ellos? ᅳinsistí un poco.
ᅳSí. Merece la pena.
Pude escuchar como Phoebe tapaba la boca a Florence para que no soltara alguna exclamación y una risilla de Pedro.
ᅳOk, ya hemos vuelto ᅳanuncié animadamente con las manos llenas de bebidas y las empecé a repartir, Max me imitó.
Nos sentamos en el sofá, uno al lado de otro, él en una esquina y yo con Andrew al lado. Tenía a Pedro y a Florence en frente y Paul estaba en un puff en la cabecera de la mesa baja del salón. Max seguía con su vaso de agua y yo me había cogido una tónica esta vez.
ᅳEntonces, Max ᅳFlorence tomó la palabra, cruzando las piernas y mirándolo directamenteᅳ, ¿es tú primera vez en Nueva York?
ᅳPues sí, la verdad es que sí ᅳasintió élᅳ. Pero ya me dijo Hyacinth que me haría un tour por la ciudad.
ᅳOhhh, mira que bien ᅳFlorence me miró. No lograba comprender si le caía bien Max o no.
Pasamos los siguientes quince minutos hablando, sobre todo Max y Florence teniendo conversaciones extrañas sobre él y sobre Fórmula 1. Hasta que empezó a llegar más gente y tuve que irme a recibirlos, lo que significaba dejar a Max solo con Florence. Vi que tenía su vaso vacío.
ᅳSi quieres cualquier otra cosa puedes ir a la nevera y coger lo que quieras, como si estuvieras en tu casa ᅳle susurré, poniéndole una mano en la piernaᅳ. Vuelvo en un momento.
Le di una palmada suave en la pierna y me deslicé hasta la puerta, saludando una a una a las personas que iban entrando. Diez minutos después el piso ya estaba lleno, la luz grande apagada, la música alta y la barra ocupada.
Aún no tenía demasiadas ganas de bailar y había perdido a Max y a Florence de vista, lo que significaba que probablemente estaban hablando juntos, a saber de que. Ahora mismo estaba con Suki, Andrew y Paul, hablando de que Max les había parecido un hombre encantador y muy tranquilo. Respiré tranquila, pensando que por lo menos no había ignorado las red flags de nuevo, porque esta vez la única que había era que estaba devoto a su trabajo.
ᅳ¿Hyacinth? ᅳMiré hacia atrás, buscando al propietario de la voz. Ahí estaba Sebastianᅳ. ¡Hola!
ᅳAnda, hola ᅳdije, sonriendo un poquito. Él se inclinó para un abrazo, que tuve que aceptar. Miré a mis amigos un segundoᅳ. Hablamos luego.
Ellos asintieron y me dejaron mi espacio. Sebastian se puso en frente mía, sorbiendo de la pajita de su bebida.
ᅳTe estaba buscando ᅳdijo él, con una sonrisa boba.
ᅳ¿Ah, sí? ¿Por? ᅳBusqué con la mirada a Max, por si acaso estaba mirando la posible escena que podría estar a punto de montar.
ᅳPara hablar. No me llamaste después de la cita.
ᅳYa..., ya sabes que estuve ocupada con el press tour y todas esas cosas. Además Gloria ya no trabaja conmigo.
ᅳLo oí, sí ᅳasintióᅳ. Igualmente, pensé que aquella vez habíamos conectado.
Pestañeé. ¿Cómo? No sé si lo recordáis igual que yo, pero yo recuerdo una cita pasivo-agresiva, donde yo me metí con él cada vez que podía y que no le hice lo que se dice mucho caso porque estaba viendo a Max ganar.
ᅳ¿Tú crees? ᅳdije, con el ceño un poco fruncido.
Su expresión se oscureción poco a poco.
ᅳPensé que sí. Lo pasamos muy bien.
No entendía que entendía él como pasarlo bien.
ᅳYo, erm... Siento muchísimo si te hice pensar que estaba interesada, pero esto fue algo que orquestó Gloria de una forma artificial, y la verdad ahora mismo estoy... estoy interesada en otra persona ᅳaclaré, de la forma menos hiriente posible.
Él se puso serio, esperé y recé que no se enfadara. Ya me jodería si se enfadara. Sebastian no era una mala persona, pero lo veía y sabía que no traería nada interesante a mi vida. Sería una relación más, y ya me había cansado de relaciones sin sentido que no llevaban a ningún lado.
ᅳEstá bien. Aunque me entristezca, lo comprendo ᅳapretó los labiosᅳ. ¿Prefieres que me vaya?
ᅳTe lo agradecería, siento muchísimo las molestias.
ᅳNo te preocupes. Tal vez... tal vez en otra vida.
¿Qué? No. La verdad es que no. Eso fue intenso, demasiado intenso. Estuvimos dos horas juntos, donde yo prácticamente ni te estaba escuchando. Es fisiológicamente imposible que te hayas hecho tantas ilusiones por solo dos horas con una persona.
ᅳHyacinth, te estaba buscando ᅳLevanté la mirada, encontrándome con la de Max. Una sonrisa se me formó en la cara al momento.
Ok, puede que dos horas no. Pero un vuelo de nueve horas es suficiente para hacerte ilusiones.
NORA IS (S)TALKING . . .
seb you're just a man, is just what you dooo
agghh max hyacinth solo besaos por diosss
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